Gremio de factoring y los últimos casos del sector: “Son puntuales y tienen que ver con su gobierno corporativo”
El líder del gremio aseguró que ni Primus ni Factop pertencen a la organización. Afirmó que este negocio es transparente.
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La Asociación de Empresas de Servicios Financieros No Bancarios (EFA) sacó la voz en medio de los casos que afectan a la industria de factoring, como por ejemplo, Primus y Factop, explicando que estas situaciones son puntuales y no una generalidad en este negocio.
Fundada en 2003, la EFA es un gremio de 22 empresas donde el factoring destaca como el negocio más extendido. Al cierre del primer trimestre, las colocaciones totales de sus socios ascendieron a US$ 837 millones.
“Lo que ha pasado en estos casos es una cuestión absolutamente puntual y tiene que ver simplemente con su gobierno corporativo”, aseguró el presidente de la entidad, Ricardo Schliebener.
“Hay que hacer mucho hincapié en no ver esto como un problema que tenga la industria”, sostuvo Schliebener sobre los casos que afectan a Primus y Factop.
En concreto, el dirigente citó las denuncias de falsificación de cheques al interior de Primus, el segundo mayor factoring no bancario de la plaza, y en Factop, empresa ligada a STF Capital, corredora de bolsa cuyo registro fue cancelado esta semana por la CMF tras múltiples infracciones.
“Alguien no hizo lo que tenía que hacer, no fue responsable y pasó lo que tenía que pasar. Y eso puede ocurrir en cualquier orden de cosas y en cualquier industria”, lanzó.
Schliebener indicó que Primus ni Factop han solicitado una membresía en EFA. Y afirmó que el gremio exige altos estándares de fortaleza patrimonial y compliance a quienes buscan ingresar.
Casos Primus y Factop
El ejecutivo explicó que en mercado del factoring, las empresas obtienen de inmediato, -aunque con un descuento-, el pago por ventas que normalmente son canceladas a plazo. Esto genera una factura que puede ser transada en mercados como la Bolsa de Productos.
“Creo que hay que hacer mucho hincapié en no ver esto como un problema que tenga la industria, porque lo que ha pasado con los casos de Primus y Factop tiene que ver simplemente con su gobierno corporativo”, sostuvo.
En palabras del representante gremial, “el factoring es un negocio extremadamente transparente y además tiene muchos actores contrapuestos. Hay un cliente, un pagador, un documento mercantil, etc. Y además, tienes un análisis financiero detrás de cada uno de estos dos elementos. En los casos donde participan los fondos de inversión, se cuenta otro actor financiero que también analiza la operación en detalle”.
Schliebener puntualizó que, en general, todos los actores de la industria están bajo el perímetro de la Unidad de Análisis Financiero (UAF), que exige a las empresas estar bien documentadas respecto de sus clientes. También, destacó que cerca del 50% de sus asociados están registrados en la CMF por ser emisores de efectos de comercio.
Añadió que muchos ejecutivos y accionistas de las empresas asociadas a EFA cuentan con años de experiencia trabajando en bancos, lo que les aporta experiencia y disciplina en este sentido.
“En el fondo, estamos tranquilos, porque a nivel sistémico esto funciona bien, ya que tiene muchas contraposiciones donde participan todos los agentes e instituciones financieras”, manifestó.
Utilizando los mismos argumentos que cuando participa en las mesas de trabajo de la CMF, la EFA rechazó la idea de que tenga que existir una ley a la medida de la industria del factoring.
“Nosotros no creemos que tenga que haber una ‘ley factoring’. Esto, finalmente es un producto financiero que está regulado en un ecosistema financiero y económico que, insisto: sistémicamente está bien cubierto por todos lados”, reiteró.
Ley FinTech
Más bien, el gremio pone sus fichas en la Ley FinTech, considerando el alto nivel de aplicación tecnológica que han estado desarrollando las empresas de factoring en Chile y en el mundo.
En esta línea, Schliebener destacó las posibilidades que ofrece el open banking, sistema que permite un flujo activo de información financiera entre las firmas que acuerdan participar en él.
“Se reconoce que finalmente son los clientes los dueños de la información, y por lo tanto, esta se puede transmitir de una institución a otra. Pero para poder participar, la empresa va a tener que estar regulada, al alcance de de la CMF, y eso es muy sano para la industria”, valoró.
A modo de ejemplo, señaló que “hoy se puede lanzar una factura en una plataforma desde Coyhaique, y desde acá podemos financiar esa factura. Puedes firmar un contrato digital y nosotros podemos revisar a los deudores y a los clientes. El impacto que tiene la tecnología en las transacciones del factoring es brutal”.
De acuerdo con Schliebener, “la Ley FinTech va a cubrir muchos espacios que uno cree que están quedando descubiertos, en particular con la incorporación de la tecnología en los negocios. Entonces finalmente por esa vía se está resolviendo una buena parte del tema de la regulación. Todo lo que hoy día existe debiera ser suficiente para regular esta industria”.
Pago a 30 días y el desarrollo tecnológico
No sólo la Ley FinTech está en la mira de EFA, sino que también la Ley de pago a 30 días, debido a que afecta directamente la naturaleza del negocio del factoring, al acotar los espacios de tiempo que se interponen en medio de los pagos entre empresas.
“La Ley de pago a 30 días la hemos seguido hace tiempo y es un tema importante, especialmente en nuestra industria, porque cambia un poco el modelo de negocio, al tener un efecto en su velocidad, y ahí nuevamente también es importante el tema de la tecnología”, explicó Schliebener.
“No es lo mismo financiar a alguien a 45 o 60 días, en comparación a hacerlo en un circuito constante cada 30 días. Operativamente, hay una exigencia mayor”, ejemplificó el ejecutivo.